Fragmento #110 – Confusión

Busco el papel entre los bolsillos del pantalón, del que llevo ahora y en el de ayer… Al final lo encuentro, doblado, y con el número de Bernard apuntado.
Comienzo a marcar. Un tono, dos tonos, tres tonos…
- ¿Diga?- pregunta una voz ahogada al otro lado tras descolgar, es Astrid.
- Eh… Hola… ¿Está Bernard?- pregunto, no contesta.
- ¡¿Mario?!
- Hola… Astrid.- le saludo con resignación.
- Hola, cuánto tiempo… No, no está Bernard...
- Bueno… Quería hablar con él…
- Está en la librería.- me dice interrumpiéndome- Si quieres te doy el teléfono de allí, aunque está muy ocupado y puede que no te coja el teléfono…
- Bueno… Dame el de la tienda… yo lo llamo.
Astrid comienza a decirme el número lentamente y voy anotando en el mismo papel…
- Perfecto, gracias.- le digo repasando el número con el bolígrafo.
- Adiós…- y cuelga. Adiós, Astrid. Adiós…

Soy un idiota… ¿Porqué no le he dicho nada? ¡Joder! Voy a llamarla, hablar con ella… Y el teléfono comienza a sonar justo antes de que lo descuelgue para llamar.
- ¿Sí?
- ¿Eres Mario? ¿El Mario amigo de Ernesto amigo de Bernard?
- Sí, Astrid… Soy Mario.- le contesto y comienza a reírse… Me parece que no es Astrid.
- Es divertido que nos confundan, casi parecemos una familia…
- ¿Quién eres?- pregunto extrañado.
- Mira, no soy nadie para meterme en tu vida, eres adulto y sabrás lo que haces acostándote con niñas, fóllate a todo un jardín de infancia si eso te hace sentir mejor, pero no utilices a Astrid. Si vuelvo a verla llorar por tu culpa, al día siguiente me tendrás plantada en tu puerta, y no estaré sola…

Y cuelga… ¿Quién era? ¿Una mujer? Necesito un cigarro…