Fragmento #81- Clases particulares

Esto no es lícito. ¿Roza lo incestuoso? No es para tanto, pero seguramente en Texas o algún estado repleto de cowboys me llevarían de cabeza a la silla eléctrica. La palabra es amoral, seguramente. La verdad, no lo sé. Mi moral no entiende de esas cosas cuando el aprobado de una asignatura está en juego. Roldán se ha ofrecido desinteresadamente a darme clases extra, para profundizar en los contenidos. Dice que hay mucha casuística detrás de la psicología, claro.
- Un poco más abajo…
Si Freud nos viera por una mirilla… tendría que reeditar sus libros como si fueran un grandes éxitos. Es irónico, porque en esta asignatura la parte práctica es un 15% del final, ¡un mísero 15%! y yo estoy echando aquí horas extra como para sacarme un máster. Aunque no en psicología precisamente. Hay un refrán que dice que “somos esclavos de nuestras palabras”. Yo añadiría “y de nuestros polvos también”. Paso más tiempo en su despacho que sus alumnos internos. Rectifico. Sus alumnas. A saber cuántos hijos ilegítimos tiene éste por el mundo.
- Nena, lo haces muy bien.
Sí, como una profesional, no te jode. ¿Por qué me acaricia la cabeza como si fuera un perro? Quizás debería decir una perra, y entonces todo cobraría sentido. Cuántos matices se esconden detrás de la morfología. Es un mundo fascinante. Llaman a la puerta.
- ¡Un momento! Diana, tienes que ir acabando – sí, mi amo.
- Como quieras – y le hecho una mirada lasciva. Tengo que dejar de ver Canal 47.
- Sí… ahí…
Vuelven a llamar. ¿Qué parte de “un momento” no entiende? ¿No será su mujer? Yo no salgo viva de aquí.
- ¿A quién esperas?
- A un colega, tengo una reunión. Venga, abróchate la camisa.
Roldán abre la puerta mientras yo recojo mis cosas.
- Hola, Antonio. Pasa. Estaba perfilando un monográfico con mi alumna.
- ¿Habéis terminado? No quiero interrumpir – ya has interrumpido bastante.
- Sí, sí, ya está todo arreglado. Siéntate.
- Bueno, pues yo me voy. Gracias por su ayuda, Javier.
- De nada, Diana. Nos vemos en la próxima tutoría.
- Muy bien, hasta luego.
- Ah, y no olvide leerse los tratados de Piaget, son muy importantes.
- Vale, adiós.
Condones: 3 euros. Minifalda: 25 euros. Saber las preguntas del examen: no tiene precio.