Fragmento #9 - Gajes del oficio

Nunca pensé que trabajar en el Carrefour fuera deporte de riesgo. Creo que son los supermercados como éste los que suben la tasa de mortalidad laboral. Ains… maldita la hora que creí inocentemente que en este puesto no me iban a encasquetar los patines. Y no tengo ni puñetera idea de patinaje de supervivencia, menos de patinaje artístico. Los primeros y últimos patines que tuve fueron los de Playschool. Ah… Playschool, la vieja escuela… Una escuela patatera, por otro lado, porque si patinar es como montar en bici, se supone que no se olvida… ¡y yo no me acuerdo de una patata! Pero en fin, un cursillo rápido en el mostrador de información al cliente ha valido para que pueda llevar mi dignidad lo más alejada posible del suelo… por el momento. Sé que la gente está deseando que me la pegue. Yo misma espero que cuando pasa la patinadora de turno se dé una leche, que no se haga daño, pero que se la dé. ¡Hay que ponerle salsa a la vida! Si ya lo dice la Biblia: “no tengas pensamientos impuros”. ¿Por qué? Porque luego trabajas en el Carrefour de patinadora y se vuelven contra ti los muy traicioneros. Aunque por algo se llaman impuros…
- Bip, bip, bip.
- Ramos.
- Comprueba la oferta de la cerveza Mahou y ve a la caja 14.
- Vale.
- Y date prisa.
Pues nada, vamos como las balas. Desde luego parece que voy como la bala de una Kalafnikov-47. Siento el aire peinando mi pelo, la brisa del aire acondicionado acariciando mi piel… un momento, y las cosas pasan muy rápido a mi alrededor. Demasiado rápido. Como si fuera en el Halcón Milenario. Ay, ay, ay, frena, Diana, frena, que te vas a pegar una ostia de cuidado. ¡Aahh! ¡Carro a tus tres en punto! ¡Carro a tus tres en punto…!
¡A tomar por culo!
- Chica, ¿estás bien?
- Aaah… joder… mi rodilla… - y todo el Carrefour mirándome. Pensaba que algún día sería el centro de atención pero porque vendría a firmar ejemplares de mi disco multiplatino a la sección de música. Pero no por esto.
- A ver, ¿te duele?
- ¿Es usted médico?
- No, soy profesora de educación física. ¿Te duele?
- Sí. Mucho.
- Vamos a intentar doblar la rodilla, ¿vale? Muy bien…
- Ains… - esta tía me está haciendo pasar el martirio chino: que si palpo por aquí, que si clavo los dedos por allá, ahora doblamos…
- No parece nada grave. Si estuviera rota te dolería bastante más y no podrías doblarla. Ha sido sólo el golpe. Con unos días de reposo y hielo te pondrás bien.
- Genial. Ahora me voy a quedar coja todo el finde - y que no me digan que la cojera es sexy y me pongan de ejemplo a House.
- Bueno, mira a House. Tiene su encanto – yo no debería estar en el Carrefour, a mí me deberían dar una franja horaria en Canal 47 como pitonisa…