Fragmento #119 – El sobre de Astrid

La vida de parado tiene estas ventajas, puedes relajarte tomando un café y aprovechar la mañana en la calle. Astrid se ha quedado en casa, le dije que no saliera, le dije incluso que ni se asomara por los balcones. No quiero más problemas y que las vecinas vieran a una niña en mi casa… serían problemas. Y más a Astrid… que es un tanto peculiar.
Le he dicho que se quedara allí esta mañana, necesitaba un tiempo de relax, un tiempo para mí. Sin preocupaciones, yo, un café, un cigarro y gente paseando por la calle con bufandas y abrigos.
El camarero se acerca a la mesa y me trae la cuenta. Meto la mano en el abrigo para buscar la cartera y al sacarla un papel cae al suelo. El camarero se agacha por él y me lo deja en la mesa. Pongo dos euros sobre el platito.
- Muchas gracias…-le digo.- Quédese con la vuelta.
- Gracias a usted.
Miro el papel que me ha recogido, es un sobre amarillento que encontré en los bolsillos del pantalón de Astrid. Ya ni me acordaba de él…
Me levanto de la silla y comienzo a pasear con el sobre en la mano, tiene algo de peso dentro… como una moneda. Quizás debiera abrirlo, ella no lo ha echado en falta…
Busco un banco cercano y me siento allí, el metal del respaldo está helado y un escalofrío me recorre la nuca. Abro el sobre y lo vuelvo sobre la mano abierta: un papel doblado y una llave, no era una moneda al final. La llave parece de una caja fuerte y el papel tiene algo escrito…
¿Quién será este hombre? ¿Y este número? Me resulta extraño que Astrid tenga esto, pero bueno… Astrid es extraña. No te agobies, Mario. Tu sigue la corriente… estás soñando. Esto no puede ser verdad…
¿Me estaré volviendo loco?