Aun sigue lloviendo fuera.
Desde la ventana del atico, se ve como la gente se ha ido refugiando en tiendas y portales, dejando las calle vacia.
Despues de pasar todo la tarde en casa, haciendo unas ilustraciones para un libro infantil me decido a salir un rato. La verdad, es un poco trista tener el titulo de Bellas Artes y estar haciendo dibujos de perros columpiandose, pero, que se le va ha hacer, en el banco no me dejan pagar con cuadros.
Me pongo el abrigo y cierro la puerta, bajo las escaleras de dos en dos como de costumbre, y salgo a la calle, el viento me roza la cara provocandome un escalofrio. Parece que si que hacia frio afuera.
Voy callejeando intentando no mojarme hasta llegar al Birdland, el unico bar de jazz que conozco en todo Madrid.
Seguro que aqui estará Carlos.
Segun voy subiendo las escaleras oigo como la música va subiendo de volumen, dejando oir progresivamente a la orquesta, primero el piano, luego el saxo, así hasta hacer que todo suene en armonia.
Dejo el abrigo en una percha y busco con la mirada a Carlos, antes de que me de tiempo a reaccionar noto unas manos frías tapandome los ojos
- ¡Hola pequeña!