Fragmento #33 – La primavera se adelanta

Estamos en invierno y hace un calor de espanto. Caminando por la calle, me sobra todo: chaqueta, chaleco, camisa… Lo bueno: los naranjos ya están en flor y Sevilla tiene ese olor tan característico a azahar.
Suena el móvil, es Pablo. ¡Cuánto tiempo hace que no hablamos! Pablo…
- ¡Hombre! ¿Qué tal todo, Pablito?- digo nada más descolgar el teléfono.
- Hola, Mario… todo muy bien, ¿y tu qué?
- Pues aquí estamos… tirando.
- Ha salido este mediodía en las noticias Sevilla… que dicen que hace mucha calor.
- Sí que hace, ahora mismo voy sudando por la calle. A ver si hace este tiempo para Semana Santa…
- Eso te quería decir… que voy en Semana Santa para allá con Lucia. A pasar la semana entera…
- ¿!Sí!?- pregunto incrédulo, lo hecho tanto de menos…
- Sí, sí… el viernes llegaremos y así estoy para tu cumpleaños…
¡Mi cumpleaños! Se me había olvidado… El quince cumplo… cumplo… ¿veinticinco? ¡Dios! Un cuarto de siglo…
- ¿Mario? ¿Estás ahí?- pregunta Pablo al otro lado del teléfono.
- Sí, sí. Perdona, pero no me acordaba que era mi cumpleaños… Pues perfecto, ya montaré una fiestecita o algo… que hace dos meses que no nos vemos.
- ¡Y cumples veinticinco! Eso hay que celebrarlo…- Pablo se echa a reír sin terminar la frase. Hace tanto tiempo que no escuchaba su risa…
- Bueno, pues quedamos en eso. Oye, ¿dónde os quedáis?- le pregunto.
- En un hotel, ya hemos reservado y todo…
- ¿En un hotel? De eso nada, os venís a mi casa… Ya estás anulando la reserva… y así me hacéis compañía…
- ¿Pero no tenías a Isabel?- exclama con guasa.
- También, también… Más compañía. Quiero más compañía…- empezamos a reír al unísono.
- Bueno, Mario. Ya veré… Te llamo dentro de unos días y te digo la hora y eso, ¿vale?
- Perfecto, Pablo.
- Venga. Un beso, majo. Te quiero.
- Y yo, Pablito. Y yo… Un abrazo.- y cuelgo el teléfono.
Sin darme cuenta he llegado al portal de Isabel mientras hablaba por teléfono. Que alegría, Pablo vuelve. Como en los viejos tiempos…