Azaleh Agujero Negro
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| Tema: Fragmento #6 – Esclavos de la belleza Mar Abr 15, 2008 7:57 pm | |
| Sábado, 22 de marzo de 2008 En Barajas Hoy, Juanma y yo, tenemos deberes de representación: llevar a un cliente al aeropuerto. Como suele decirse, ‘es lo que tiene…’ el sábado santo que no es tan santo, y por tanto se curra; y por otro lado, esta típica maniobra ejecutiva de poner las visitas en fechas señaladas por aquello de ‘y así me quedo dos días más y hago turismo’. Pues sí, y es que además, para terminar de encandilar al personal, este negocio en el que trabajamos dispone de un maravilloso Audí A6; y en parte, por eso creo que conduce Juanma. Lo llevaría yo, pero se me pasaron las ganas de discutir, y siempre le dejo a él. De copiloto va nuestro queridísimo turis… ejem, cliente japonés. Como veo que Juanma está muy dicharachero con su inglés, me limito a continuar mi plan de los dos días de fiesta anteriores: la inactividad. Recostado sobre el respaldo y observando el exterior, me convierto en un ladrón de postales muy particular de Madrid. En concreto, de unas postales de un instante en la historia de la ciudad; que, como ente vivo que es, cambia, se transforma, liga… Y miro ensimismado: La silueta de los cuatro nuevos rascacielos, como si fueran figuras que quieren verse integradas en la imagen que todos tenemos de la ciudad. Los intrincados nudos de autopistas en las circunvalaciones; los nuevos barrios; los nuevos complejos empresariales, luciendo orgullosos los letreros de sus huéspedes… el propio automóvil. ¡Diseño! ¡Diseño! ¡Diseño! Llegamos a la, aun joven, terminal T-4 del aeropuerto de Barajas. Su cubierta ya me es familiar, pero me mantiene en el discurso que sigue tramando mi cabeza. Me despido del cliente casi sin saber lo que digo ni lo que oigo; Juanma hoy, lo está haciendo todo. Estamos en el control de seguridad, algunas personas se están despidiendo. Y quizá porque siempre nos fijamos más en alguien, pongo los ojos sobre una joven pareja. Están abrazados, muy fuertemente. Se separan un poco, se dicen cuatro palabras y se vuelven a unir. Él, besa a la chica en el cuello; ella, lo hace recíprocamente, pero dos veces. Creo que se dicen algo al oído. Acto seguido el muchacho pone sus labios en la frente de ella, luego, se miran furtivamente, él un poco desde arriba y ella ligeramente desde abajo. El siguiente beso de él es casi en la nariz de ella, ya no hay vuelta atrás, ella sube su barbilla y sus labios se funden. Suavemente, como si fuera un único beso, pero largo, en suspense. -¡Martín! Estás como embobao macho. -Es que son superoriginales las salidas de aire acondicionado. ¿No crees? -Sin comentarios- dice entre risas, mientras toma la dirección del coche. Cuando me quiero da cuenta, la pareja ya se ha disuelto. ¿Sería ese su primer beso? Supongo que no debería de importarme… O puede que sea una instantánea más de la ciudad. Pero con está nueva, no puede ser ‘diseño’ el termino que las una… ¿Quizá armonía? Quizá… ¿Quizá belleza?
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