Fragmento #52 – Buscando la inspiración

Suena el despertador, el alcohol de anoche y la fiesta hasta altas horas me vienen al recuerdo ahora. Es Feria y la ciudad se vuelca en ella, afuera llueve pero eso no importa. O al menos anoche no nos importó: ni a mí, ni a Isabel. Esta semana tengo más trabajo de lo normal, más turistas... no me apetece. «Excuse me, ¿ir aquí a Lora del Río...?», ahora explícale en mi inglés poco fluido cómo llegar a la otra estación de autobuses para coger el autobús a Lora del Río... No me apetece, pero el alquiler hay que pagarlo. Las clases particulares a César sólo me dan para el tabaco y para ir rellenando la vitrina con botellas, demasiados vicios... ¡y el café! ¿Cuánto dinero me dejo al mes en las cafeterías? Prefiero no pensarlo, no me apetece...
Necesito vacaciones... Cojo el móvil y marco el número de Isabel.
- ¡Hola!- contestan al otro lado- ¿Qué tal, cariño?
- Hola, Isabel.- contesto mientras miro por la ventanilla, no vaya a venir nadie- Aquí en el trabajo... ¿y tú?
- Arreglando papeles en casa... ¿qué querías, guapo?
- ¿Te vienes a la playa este fin de semana?- así, se lo suelto de sopetón.
- ¿Este fin de semana?- se queda unos segundos en silencio- No puedo, Mario. Quedé en ir al pueblo a recoger algunas cosas de mi padre y arreglar la casa de allí...
- Bueno...- no sé que decir, no esperaba esa respuesta.
- ¿Qué pasa, Mario?
- Nada, nada... que tenía ganas de escaparme unos días y... y pensé en eso.
- Amh, lo siento, cariño. Vete tu solo si quieres...
- Bueno... si no necesitas mi ayuda en el pueblo...
- No, no...- contesta ella- Vete si quieres, de todas formas veré si puedo ir, ¿vale?
- Bueno, luego hablamos... que tengo aquí a una señora, ¿vale?
- Un beso, Mario- se despide y cuelgo el teléfono.
«Uno para Sanlúcar, muchacho», dice la señora tras la ventanilla. Sí, me iré a la playa a buscar la inspiración entre la arena.