Fragmento #36 – Jornada de reflexión

Anoche no llegué tarde a casa y puse el despertador temprano, para aprovechar bien el día de hoy. Me he despertado sobre las nueve y me he dado una buena ducha para hacer desaparecer los últimos vestigios de una noche ajetreada. Me visto y salgo a la calle; hace un poco de frío, pero al sol no se está nada mal. Y allí me dirijo, tras comprar el periódico, a una mesa donde da el sol del bar de la esquina, para desayunar.
Hace ya mucho tiempo que no salgo a desayunar solo… Demasiado ajetreo en estos últimos meses, poco tiempo para pensar en soledad. A veces se necesita un paréntesis para reflexionar y qué mejor día que este: la jornada de reflexión antes de las elecciones.
Despliego el periódico y miro la portada. «Los partidos llaman al voto masivo para responder al crimen de ETA. El PP utiliza el comunicado conjunto para desgastar al PSOE en vísperas del 9-M. ANV, que gobierna en la localidad guipuzcoana, se niega a condenar el crimen». Siempre lo mismo… ni cuando se cargan a alguien son capaces de unirse. En la foto aparecen algunos mandatarios cogiéndose por la espalda y mirando para el suelo… Estarán pensando a quién favorece el muerto, quién se llevará más votos después de esto. Después de lo que pasó hace cuatro años me espero cualquier cosa…
Llega el camarero con el café con leche y la media tostada. Muchas gracias, le doy un billete de cinco euros para que se cobre.
Dejo el periódico sobre la mesa, estoy cansado, y miro a mi alrededor. No hay mucha gente en la calle, se respira tranquilidad. Algunos matrimonios paseando, con los carritos o con el niño que ya camina a regañadientes. La viejecita que saca a pasear el perro… Un sábado como otro cualquiera, pero es único en la historia. Mañana se decide el “futuro” del país, pero olvidándonos de la política, nunca existirá un sábado como este… Hay que disfrutarlo.
El camarero me trae la vuelta y le dejo unos céntimos de propina. Muchas gracias; de nada.
Necesito pensar un poco, he perdido el rumbo. Recapitulemos: MI OBRA ha sido un grandísimo fracaso pero eso no quiere decir que pueda seguir intentándolo… no me apetece. A Pablo lo perdí, ahora viene pero se irá, es un caramelo que te dan y te quitan cuando empiezas a saborearlo… una lástima. Mi madre apareció, se podría haber quedado donde estaba… No, Mario, no… debes darle un voto de confianza, es tu madre…
Suelto una carcajada, pensaran que estoy loco… Simplemente me hace gracia como me autoconvenzo, siempre lo consigo a pesar de todo…
Sí, debo darle un voto de confianza a mamá. Isabel, es lo único bueno. Me hace tan feliz…
Desde donde estoy diviso el portal de mi bloque y en ese momento sale María, la nueva vecina, y me saluda desde lejos. Se acerca a la mesa y se quita las gafas de sol, coloca la patilla en la camisa escotada.
- Buenos días, Mario- me saluda con una gran sonrisa- ¿Desayunas solo?
- Sí…- no sé que decir.
- ¿Me puedo sentar? Es una lástima que un chico como tú desayune solo... ¿Puedo?- pregunta mientras señala una silla vacía.
- Sí, sí… Siéntate. Pide lo que quieras, yo te invito…
Se me acabó la reflexión por hoy.